Teresita:
Teresita es mi sobrina, tiene dos añitos, ya habla y pide lo que quiere y cuenta lo que ve. Más adelante leeréis respecto a los niños pequeños y a los animales domésticos. La vivencia es la siguiente: están en el salón de la casa cenando (mi hermana, su marido, mis padres y otro sobrino Alonsito, hermano de Teresita), cuando están todos callados comiendo, Teresita mira para un lado, concretamente para la puerta que da a la cocina y dice: hola Antoñito. Os podéis imaginar cómo se quedan todos en esos momentos. Mi hermana para confirmar la “situación”, le pregunta a Teresita: hija ¿qué has dicho? Teresita vuelve a mirar para el mismo lugar donde en esos momentos está mi hijo Antonio Jesús (que también le decimos Antoñito) y vuelve a decir: hola Antoñito. Los niños ven a nuestros seres queridos que ya están en la Vida Eterna. Hablan con ellos, juegan, etc., la gran mayoría de ellos cuando comienzan a hablar dejan de verlos. Existen afortunadamente también muchos casos que los niños se van haciendo “mayores” y comienzan a hablar y es cuando lo van contando. Os voy a contar otras vivencias de Teresita.
Con cariño, el autor: Antonio Pilo Gacía
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